Hoy
vengo a contar mi experiencia con dos libros: Cincuenta sombras de
Grey y Cincuenta sombras de Gregorio.
El
primero es el primer libro de la saga de libros eróticos más de
moda de los últimos tiempos. Está escrito por E. L. James y le
siguen dos libros más que completan la trilogía: Cincuenta
sombras más oscuras y Cincuenta sombras liberadas.
Originalmente, esta historia nació de un fanfic de Crepúsculo.
El
segundo, es un libro escrito por la española Rosella Calabro, tiene
128 páginas. Fue escrito a raíz de los de E. L. James como una
parodia.
Leí
el primer libro de la saga Cincuenta sombras de Grey y no me
gustó demasiado, por lo que, de momento, no voy a continuarla. Para
mí, que los protagonistas practiquen el sado-masoquismo pues bueno,
algo tiene que haber en una novela erótica, pero que el tío sea un
acosador, que humille a la chica y que ésta sea una pava que se deja
ningunear, pues no me gusta. A parte de que tampoco es que esté
escrito en una prosa muy lograda, ya que se remite a repetir una y
otra vez lo mismo. Que si Anastasia se muerde el labio, que si la
diosa que llevo dentro... Que no me ha gustado. Aunque parece, que si
dices que no te ha gustado eres una retrógada. Lo que se lleva es
decir que te ha encantado, porque así es que eres moderna y
sofisticada. Pues, en mi opinión, la mayoría de la gente que ha
leído este libro no ha leído otro libro erótico en su vida, por lo
que son bastante desconocedores del género. No es que yo haya leído
muchos, pues no es el tipo de literatura por el que me decante, pero
vaya, prefiero Las edades de Lulú, con lo bruto que es
el libro en algunos aspectos, a éste. Al menos, me sorprendía en
cada página. Además, Almudena Grandes escribe muchísimo mejor.
Tras
esto, llegó a mis manos Cincuenta sombras de Gregorio. Ley
este libro porque el prólogo me gustó. En él se describía el
libro como una parodia del archifamoso Cincuentas sombras de Grey,
donde el protagonista sería un hombre de verdad, de los que eructan,
los se pasean por casa con un pantalón viejo de pijama que les queda
horrendo, de los que pegan mocos bajo el sofá (¡arg!), etc. También
criticaban el libro original, diciendo cosas que yo también pienso,
como ya he contado, aunque la autora decía que le había acabado
enganchando. Pues bien, allá que me puse con la lectura.
El
libro es muy cortito. Sólo 120 páginas dividas en 50 capítulos (o
50 sombras). ¡Y que decepción la mía cuando veo que no es una
historia! Sino que es un conjunto mini-historias llenas de
estereotipos del macho ibérico español. Que sí, que algunas
son hasta graciosas, pero están muy vistas y son un tema muy
socorrido en un montón de monólogos de humor hechos por mujeres. Se
lee rápido pero no es lo que esperaba. Por lo que me ha
decepcionado. Así que, avisada estás (supongo que un hombre no lo
va a leer, ya que tampoco es el lector habitual del sr Grey). Si lo
vas a leer, bien, pero no esperes una historia similar a la del señor
Grey y la señorita Steele porque no lo es. De hecho, no es una
historia como tal.
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